By Jack Daniels

Un día una pequeña e insignificante partícula cayó en una húmeda grieta. Era una grieta dentro de un inmenso bosque. A ratos la naturaleza agobia y parece interminable.
Dentro de su grieta la pequeña partícula solo escuchaba a los grandes arbustos conversar cuando los mecía el viento. Los pinos por centenas reían y hablaban de su gran futuro como partes de alguna casa en donde familias iban a forjar sus mejores recuerdos, más allá algunos cipreses cantaban adulándose unos a otros y diciendo que terminarían siendo el material de algún instrumento que un virtuoso haría trinar en un atochado auditorio. El ebano elegante y altivo solo decía que había nacido para estar en el estudio de alguien que quedaría para siempre en la historia. Todos los árboles en cierta forma se decían a sí mismos y a los demás cuales iban a ser sus destinos y cual de ellos lo pintaba de mejor forma y manera.La pequeña partícula ante tanta historia y fanfarrea se hizo las preguntas que siempre aparecen cuando se escucha tanto proyecto y tanto alarido.. ¿quién soy yo? ¿qué será de mí?... era una simple semilla que requería de las bondades del clima para subsistir y llegar a ser algo... a ratos la semilla se preguntaba si iba a ser un simple helecho o un arbusto rastrero que los animales del campo arrancan sin misericordia... de repente y ante quizás que situación.. la semilla escuchó una voz rara, era una voz que nunca se había escuchado en el bosque, era el Gran Arbol, el más antiguo de todos. Cada árbol miraba hacia arriba y veía a este añoso gigante y doblaba las ramas en señal de respeto. La Secuoya casi nunca hablaba... y en ese instante algo importante estaba pasando.. sentía que su momento había llegado, todo el bosque estaba atento a sus palabras, incluso la pequeña partícula... era la despedida, el fin, el término.. Nadie se esperó que esto algún día iba a suceder, pero la naturaleza es así y las cosas pasan porque está todo ordenado por ciclos. Lo más misterioso de todo es que dentro de todo este espiral de situaciones, existía alguien que siendo el más pequeño iba a ser el heredero de la majestuosidad del saliente. Pero necesitaba esfuerzo y coraje, arrancar la humedad de la tierra y emerger a punta de empuje... la pequeña semilla sin saberlo era la que había caído desde las alturas... era la heredera de la ancestral Secuoya.
Era en ese momento cuando iniciaba su propia historia....